sábado, 25 de noviembre de 2017

SEMANA - 21 de Julio de 1979 - España


Se casa el 31 de julio con Pepe Tous en Palma de Mallorca y bautizan a Thais, su hija adoptiva
SARA MONTIEL:
BODA Y BAUTIZO EL MISMO DÍA
*LA ACTRIZ NO DESCARTA LA POSIBILIDAD DE QUE PUEDA SER MADRE ALGÚN DÍA

Sara juega a cada momento con la pequeña Thais. También a Pepe Tous "se le cae la baba" mrando a la niña. Completando el cuadro, uno de los tres perros propiedad de la pareja quiso aparecer en la fotografía y se sumó a la reunión. Abajo, Sara Montiel, en la "boutique" palmesana de su buena amirga Maruja García Nicolau, que fue Miss Europa y que es quien ha diseñado el vestido nupcial de Saritísima. 


Boda y bautizo. Sara Montiel y Pepe Tous se casan civilmente, el próximo 31 de julio, en Palma de Mallorca. Media hora después bautizarán a la niña que han adoptado en Brasil, llamada Thais, que acaba de cumplir cuatro meses. En vísperas de ese doble acontecimiento, la mítica Sara de “El último cuplé” de los años 60 nos ha concedido una amplia entrevista en su chalé palmesano, que transcribimos a continuación y en la que nos desvela algunos aspectos acerca de cómo serán las dos ceremonias mencionadas. Este será el tercer matrimonio de Sara Montiel, quien, como se sabe, estuvo casada primero con el director cinematográfico norteamericano Anthony Mann y luego con el hombre de negocios vasco José Vicente Ramírez Olaya.

Sara, en Mallorca. Le ha tomado cariño a la isla. De allí es Pepe Tous, su amor. Ya va para nueve años largos que se conocieron. Pepín, periodista, durante dos décadas director del vespertino “Última hora”, es empresario de un teatro y varias salas cinematográficas en la capital palmesana. Y un día decidió contratar a la Montiel, todavía en pleno apogeo de su belleza y su popularidad. El empresario se enamoró de la artista. Y ahora, al cabo de los años de aquel contrato artístico, van a firmar otro contrato: el de su boda civil, dentro de muy pocos días. Naturalmente será en Mallorca, donde les nació el amor.
Sara está nerviosa, impaciente, aunque quiera disimularlo. Conviene con nosotros:
-Sí, estoy en capilla y, lógicamente, con las prisas de toda novia: que si las invitaciones, que si el vestido, que si la ropa de cristianar de Thais…


La niña es de piel blanquísima. Sara dice que cuando le entregaron a la niña, en Brasil, desconocía cómo era. "Si hubiera sido mulata o negra no hubiera renunciado tampoco a la pequeña". Sara es así de humana. 

Nuestro primer encuentro con Sara en Palma de Mallorca lo tuvimos en la “boutique” e Maruja García Nicolau, la guapísima palmesana a la que un día proclamaron Miss Europa; casada con el que fuera guardameta del equipo titular de Palma de Mallorca, Martín Mora. Este matrimonio es muy amigo de Sara y de Pepe Tous. Nada más natural, por tanto, que la Montiel, en vísperas de su boda y con los preparativos de toda novia de tener un vestuario renovado y a punto, fuera hasta la tienda de Maruja para probarse unos modelos. Allí estábamos nosotros. Sara comenzó a desgranarnos las primeras confidencias:
-Maruja ha sido la que ha diseñado mi vestido de novia. Me lo están haciendo en París. Bueno, podré escoger entre tres modelos.
Inquiero unos detalles del vestido nupcial, pero que si quieres arroz, Catalina. Sara se cierra en banda y no suelta prenda, nunca mejor dicha la frase. ¿Será beige? ¿Largo? ¿Línea “midi”? ¿Llevará mela? ¿Irá destocada?
-Lo siento –se disculpa Sara-, no puedo desvelar nada de cómo iré ese día de mi boda.
-¿Acaso eres supersticiosa?
-Algo de eso. Es lo tradicional en una novia en estos casos.
En cambio, el novio, Pepe Tous, no tiene problemas respecto a su vestimenta. Nos diría luego:
-El día de la boda iré al armario y lo primero que tenga a mano será lo que escoja para vestirme. Si me preguntas ahora mismo qué ropa tengo, no podría decírtelo. Ni idea. Seguro estoy, sin embargo, que no iré de esmoquin, ni de chaqué ni nada parecido.


Maruja Gacría Nicolau muestra algunos modelos de inspiración árabe, que Sara se probó, muy complacida. Sin embargo, mostró un absoluto mutismo respecto a su traje de novia. "Trae mala suerte hablar sobre él. Soy supersticiosa", nos dijo. Elegirá entre tres modelos. Su vestido nupcial se lo están confeccionando actualmente en París. 


¿POR QUÉ ESTA BODA CIVIL?
Subimos hasta el chalé de Sara y Pepe, enclavado en Na Burguesa, a pocos kilómetros de la capital. Palma a los pies de la Montiel. Por fuera, la edificación es de estilo ibicenco. Dentro reina la más anárquica y divertida decoración. Les digo en broma que parece la casa de un anticuario. Hay mil cachivaches diferentes, recuerdos de innumerables viajes de Sara por medio mundo. Esculturas, figuras de marfil… Y muchas pinturas, desde varios cuadros firmados por Lucas a unos grabados de Picasso, un espléndido dibujo de Ramón Casas, un óleo del gran Guayasamín. Sara tiene unas fotografías enmarcadas. Está, cómo no, aquella en la que aparece junto a Gary Cooper y Burt Lancaster en la película “Veracruz”. Otra, con Mario Lanza y Anthony Mann. Aquella, al lado de Alfred Hichtcock. Melina Mercouri la abraza en otro recuerdo gráfico. Josefine Baker, sonriendo en su última visita a España, semanas antes de morir. Y también Sara en unas fotos tomadas ante la tumba de Marilyn. Y otras donde mira fijamente al objetivo León Felipe.
En ese chalé de Palma de Mallorca, Sara es inmensamente feliz.
-Naturalmente, Sara, tú tienes la anulación de tu anterior matrimonio…
-Sí, la tengo. Ahora mismo soy soltera.
-Y podrás casarte por la Iglesia, claro.
-Sí, podría. Peo Pepe y yo hemos acordado que nuestro matrimonio sea sólo civil. La verdad es que nosotros nos consideramos marido y mujer desde hace ya mucho tiempo, más de nueve años.
-Entonces, ¿por qué la boda ahora?
-Por Thais, por nuestra hija; porque tiene que llevar unos apellidos: el del padre y el mío. Sin boda, la niña se llamaría Thais Abad Fernández; o sea, que ahora mismo lleva sólo mis apellidos.



LAS DOS CEREMONIAS
Tal y como Sara y Pepe indican en su original invitación, la boda civil y el bautismo de la niña tendrá lugar el mismo día, 31 de julio próximo, con una diferencia de media hora, aproximadamente, entre una y otra ceremonia. Primero, Sara y Pepe se dirigían al Palacio de Justicia de Palma de Mallorca, donde les estará esperando el juez, don Jaime Ferrer. La ceremonia será sencilla y breve, estando presentes cuatro testigos. Seguidamente, los recién casados se trasladarán a la iglesia de Génova, donde tendrá lugar la ceremonia del bautismo, de Thais Tous Abad, que será apadrinada por unos amigos de Sara y Pepe, el matrimonio Saturnino y Blanca Hernando. Concluida la ceremonia religiosa, tendrá lugar una fiesta en un lujoso hotel mallorquín.
-¿Por qué el nombre de Thais? –inquiero a Sara y Pepe.
-Siempre nos había gustado ese nombre. Perteneció al de una emperatriz egipcia, casada con el emperador Tolomeo –señala Sara.
-Y además –rubrica Pepe Tous- existe una ópera de Massenet con ese mismo nombre y una novela de Anatole France.
Thais tiene, de momento, pasaporte brasileño. Cuenta cuatro meses de vida. Su piel es blanquísima. Sara se enfurruña cuando le decimos que hay gente que piensa que la pequeña es mulata. A lo cual replica:
-Cuando fuimos a recogerla no sabíamos cómo era. Si llega a ser negra, lo mismo la hubiéramos adoptado. 


Sara Montiel viste modelos alegres y lleva ahora un peinado muy actual. En la fotografía, Maruja García Nicolau comenta con Sara aspectos de su vestido. Una conversación entre mujeres, hablando, naturalmente, de "trapitos" y, en concreto, de la renovación del vestuario de Sara en vísperas de su boda. 

UNA MADRAZA
Sara está emocionada pensando en el día de su boda y el del bautizo de su niña:
-Es emocionante que a nuestra edad tengamos esta rosa, esta belleza de criatura. Le estamos dando todo el cariño del mundo. Yo, como sabes, tuve un niño de ocho meses, que está enterrado en Los Ángeles.
-Pero, ¿tú podrás ser madre en el futuro, Sara?
-Mira, mi madre tuvo la menstruación hasta los sesenta y seis años. No tengo ningún complejo ahora. Los médicos no me han dicho que no pueda tener hijos. Lo que pasa es que cuando lo hemos intentado he padecido el edema de Kinke, que me producía una inflamación.
El caso es que Sara es ahora dichosa en su papel de madre. Nos cuenta cómo es un día normal para ella:
-La niña se despierta a las ocho y cuarto de la mañana. Y me despierta a mí. Ningún productor de cine me ha hecho madrugar tanto como la niña, que por otra parte es muy buena, no da guerra, no llora nada. Le quito el pijama, le cambio sus pañalitos, la pongo fresquita, la visto y llamo a Tere, su señorita de compañía. Le doy también el biberón y… ¡me voy a la cama, a seguir durmiendo! A la una he de estar en pie, porque le toca la papilla. La bajamos a la piscina porque le estamos enseñando a nadar. Duerme un poco. La levanto luego de la siesta y, tras vestirla, nos bajamos la niña, la señorita y yo a Palma, de compras. Subimos a casa, la baño, que es todo un número, y tras darle la papilla, la duermo. Y hasta el día siguiente.
Jamás Sara fue así de feliz. Lo confiesa ella misma, que dice también que ni en sueños podía imaginar lo mucho que ha conseguido en la vida.


La mayor parte del día lo pasa Sara ocupada en vestir a su hija, Thais, en darle la papilla, enseñarle a nadar... Thais ya tiene un vestuario completo y variado, como nos muestra Sara en la instantánea, diciéndonos: "Hasta ahora, la niña ha recibido más regalos ante la invitación de la ceremonia bautismal que Pepe y yo por nuestra boda". 


Seguirá Sara actuando en esos mundos de Dios. Prepara ahora un álbum de canciones de autores brasileños. Se irá a Centro y Sudamérica en otoño, llevándose consigo a su hija.
-¿Echas de menos el cine, Sara?
-Hace cuatro años que no hago una película. La última fue “Cinco almohadas para una sola noche”. Echo de menos una buena película, sí. Ahora se está haciendo un cine de cámara al hombro… y de cama, delante y detrás. Iba a hacer de Isabel II, pero el presupuesto de la película, antes de empezar, ya se elevaba a cien millones de pesetas. No era posible.
Algunas veces escribe en silencio. Pensamientos, ideas, relatos. Tiene un proyecto que algún día quisiera ver convertido en realidad: un guión con la vida de sus antepasados manchegos.
Sara Montiel, en otro tiempo mera imagen frívola para muchos, no oculta ahora su tremenda humanidad (no desconocida, por otra parte, por quienes de verdad han estado cerca de ella) cuando, caída la tarde, toma en brazos a Thais, la acuna en su regazo y la lleva amorosamente a dormir.

Manuel ROMAN
Fotos J. C. VICENTE
(Enviados especiales a Mallorca)


EL RECORTE CCLXVI
Con Pepe Tous, Sara Montiel formó una de las parejas más sólidas y reclamadas del panorama artístico. Pero, sobre todo, construyó la familia que siempre deseó. Con Thais y Zeus fueron felices hasta que la muerte sorprendió a Pepe Tous. Aquí un reportaje de la revista Lecturas, de Marzo de 1.991, con motivo de un cumpleaños de la actriz. 

El pasado 10 de marzo la artista celebró su 63 cumpleaños
La fantástica casa de
SARA MONTIEL
en Palma de Mallorca
Es un inmenso ático, de aproximadamente 1.000 metros cuadrados desde el que se domina toda la bahía palmesana. Rodeada por numerosas antigüedades y objetos de arte, además de por sus recuerdos profesionales. Sara afirma sentirse feliz en esa casa-palacio hecha a medida de ella, de su marido y sus dos hijos. 

La cantante y actriz con sus dos hijos -Thais de 12 años y Zeus, de 7- en uno de los dos salones de su espacioso piso. La alformbra junto a la chimenea es rusa y data del siglo XVIII. 


Sara ha conseguido el éxito en su profesión y en su familia. "Pepe y yo estamos enamorados". 

Sara Montiel y Pepe Tous han terminado de decorar su inmensa vivienda al lado del mar aunque “siempre hay hueco, en uno o en otro rincón, para una figura más, para una pintura o para una planta”, dicen.
Llevan veintiún años juntos:
-Sí. Y el amor dura. Aún estamos enamorados. Tanto o más que cuando se produjo el flechazo, aquí en Palma, a donde yo venía contratada por Pepe como empresario de un teatro. Me esperaba a pie de la escalerilla del avión con un precioso ramo de flores, al día siguiente cenamos juntos y cuando marché de la isla voló también él a verme a Sevilla. Cuando concluí la gira, llené mis maletas de ropa y me vine a Mallorca para quedarme con Pepe.
Vivieron bastantes años en un chalé en la montaña –en N’a Burguesa- desde donde dominaban no sólo la ciudad sino el horizonte del mar abierto.


El matrimonio Tous -que el próximo 31 de julio celebrará su duodécimo aniversario de bodas- en uno de los ángulos de la terraza, junto a "Boy", un mastín mallorquín.


Sara Montiel en el elegante salón, decorado con valiosos cuadros y en el que destaca una lámpara art-nouveau. 


La actriz -natural de Campo de Criptana- en el dormitorio matrimonial en el que dominan los espejos y el color oro.


Delante de su tocador, donde a diario se maquilla ella misma. Sara Montiel ha cuidado siempre mucho su imagen. 

“Es una casa puesta a nuestro estilo”
-Aquí, en esta casa, llevamos tres años. Nos mudamos por los hijos. Al crecer, en el chalé, aunque estaba cerca de la ciudad, se encontraban aislados de amigos. No era fácil para los chicos ir a la montaña, dependían de que los padres dispusieran de tiempo para llevarlos y recogerlos. Allí, por mucho que quisiéramos, Thais y Zeus se sentían más solos. Desde que nos mudamos, siempre tienen amigos en casa, a veces hasta se quedan a dormir.
El lugar es de paraíso. Sara Montiel y Pepe Tous compraron toda la última planta del edificio Mediterráneo que fue hotel de lujo y que no hace mucho, conservando el estilo arquitectónico con el que fue construido a primeros de siglo, fue reformado para viviendas.
Ellos lograron adquirir los alrededor de mil metros de la planta última para distribuir el espacio a su comodidad.
-¿Qué es demasiado grande? ¡No, qué va! No hay ni un mínimo cuarto vacío, todos los rincones están utilizados. Es la casa que necesitábamos si no queríamos seguir con cantidad de cosas en cajas, en algún almacén. No somos dos, somos cuatro. Thais y Zeus necesitan sus habitaciones, sus cuartos de juego, de ocio, de estudio.


El feliz matrimonio -que se conoció en 1970 cuando Sara viajó a Mallorca contratada por Pepe Tous- en el hall de entrada, desde el que se divisa un frondoso vestíbulo-jardín. Abajo, en el despacho del empresario teatral. 




La familia al completo posa delante de una de las valiosas vidrieras modernistas. Detrás de Thais despunta un cuadro de Miró. 


Sara Montiel en el salón-comedor, decorado con muebles chinos de laca y marfil.


Un retrato de Sara, obra de Roca Fuster. 

Dos salones amplios, seis dormitorios, cinco cuartos de baño, un despacho que utiliza más que nadie Pepe Tous, la inmensa terraza (de doscientos metros) desde la que se asoman a la bahía de Palma y desde la que ven una panorámica de la ciudad que abarca a la catedral, la “leonera” de Thais y Zeus con el ordenador, la televisión, los videojuegos y el piano, más la cocina y el ala destinada al servicio. Es lo que se dice “toda una mansión”, sólo que en vez de estar en planta baja fue instalada en un ático.
-En el despacho de Pepe –dice Sara Montiel- hemos aprovechado para decoración los discos de oro, trofeos, premios, diplomas, llaves de oro y otros recuerdos de mi ya larga vida artística. Las esculturas son de un valor sentimental alto para nosotros, pues hay algunas de la madre de Pepe, de Rosa Barberán. Era una estupenda artista, tanto dibujando como esculpiendo.
En los salones, Sara Montiel ha logrado una mezcla en buen armonía de art-decó, art-nouveau, muebles y vidrieras modernistas, un bargueño del siglo XVI, un precioso jarrón chino, licoreras de colección, figuras de cristal, lámparas de capricho y otros muchos objetos de valor.
-¿Qué si es una casa de capricho? No tanto. Es una casa puesta a nuestro gusto. Lo importante es sentirse bien, vivir con comodidad. Ya que viajamos tanto, al volver al hogar, que a fin de cuentas esta residencia es nuestro verdadero hogar, lo que necesitamos en un ambiente grato y que facilite la calma y serenidad del ánimo. Si aquí sólo vamos a vivir una vida y nada podremos llevarnos al más allá de lo material, lo que conviene es disfrutar de lo que has ido ganando de tu trabajo, ¿no? Quedará además para los hijos, para que ellos sigan gozando del bienestar que sus padres han podido alcanzar.


Otro detalle del salón en el que abundan las esculturas. 


"No es una casa de capricho. Lo importante es sentirse bien y vivir con comodidad".


Con su hija en la sala que alberga una colección de pintura naif. 

Tous le ha regalado un valioso coche
Hay, de todos modos, caprichos: por ejemplo, las seis puertas de vidrieras modernistas que consiguieron, por encargo, en Barcelona. O una lámpara maravillosa, también modernista, comprada en la galería Ghostland. O la cama en forma de coche de carreras que Sara y Pepe compraron en París para Zeus. O el dosel de encaje mallorquín de la cama de Thais.
-¿Verdad que es precioso el dormitorio de Thais? Digno de una princesa. Eso es mi hija, una princesa. Está de guapa… ¡Y qué melena, qué pelo de seda! Con 12 años recién cumplidos, se nos ha convertido en una mujer. Más alta que yo.
Zeus tiene ahora 7 años.
-Es muy listo. Y también será alto. Los dos serán altos- dice Sara Montiel que se muestra encantada en su papel de madre de Thais y Zeus.
Sara Montiel también ha cumplido ahora años y, además, no anda jugando a ocultar su verdadera edad.
-¡El tiempo pasa para todos! –dice muy serena a sus 63, que ha celebrado con unos pocos amigos íntimos.
Pepe Tous, su marido, le ha regalado un Mercedes de dos plazas, de color blanco, con interior en azul, entre otras cosas. Los niños, un chal fantástico, con figuras de elefantes.


El matrimonio Tous en una de las habitaciones de invitados, decorada con antigüedades y ocupada casi siempre por amigos de la pareja. 


Desde la terraza principal, de aproximadamente 200 metros cuadrados, se divisa la hermosa bahía palmesana. 

En casa de Sara Montiel, aquí en Palma, se palpa el amor al arte. En un vestíbulo amplio, han colgado la colección de pintura naïf, no sólo de artistas españoles sino también del Caribe y de Brasil. En los salones, puedes ver acá y allá obras de Miró, de Guayasamín, de Dalí, de Eugenio Lucas, de Casas, de Ochoa, de Palmaroli, de Sorolla, un plato de Picasso…
Sara Montiel, que interrumpió su espectáculo “Saritízate” por causa de un accidente sufrido en el teatro, volverá en abril a los escenarios, primero al Centro Cultural de la Villa de Madrid, después a otros de Castilla – La Mancha, para seguir en verano con las galas.

Félix Gómez


LA FOTO CCLXVI


La entrañable pareja Tous-Montiel. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario