sábado, 4 de noviembre de 2017

EL INDISCRETO SEMANAL - 23 de Noviembre de 1.974 - España


UNA TARDE CON
SARA MONTIEL
“YO BESO A LOS HOMBRES TODOS LOS DÍAS…”

-Hola, muchachos. ¿Cómo estáis? Sentaros y charlamos.
Así empezamos nuestra tarde con Sara Montiel mientras ella se preparaba para la función de “Saritísima”. Sara estaba sin maquillaje, al natural. Y les aseguro que Sara es mucha Montiel.
-¿Cómo llegó el éxito, por la belleza, la inteligencia o la gracia?
-Es algo que se dio la mano. Un conjunto de cosas que se encontraron a un tiempo y se fundieron. Creo también que eso nace con la persona. Si triunfé fue porque reunía esas cualidades para triunfar.
-La edad, Sara, no perdona. ¿Cuándo te sentiste más joven?
-Eso es muy difícil de saber. Si te digo que a los veinticinco años, a lo mejor me equivoco. Pienso que la mejor edad de la mujer oscila entre los treinta y los cuarenta y cinco. Y, desde luego, eso depende del espíritu que se viva. Yo me siento más joven que nunca. Con una gran vitalidad.
-¿Piensas, entonces, que se debe a la manera de pensar no a los años?
-Desde luego. Eso es el todo. Las hay jóvenes sin vida que son más viejecitas que una señora de sesenta años. ¿No me ves a mí? Esta es la edad. La que se lleva en el espíritu y además, claro, estar bien. Pero la mente es poderosa.
Siguen hablando. Hemos entrado en el terreno de la amistad. Ahora no hay ninguna diva delante, sino María Antonia Abad, aquella chiquilla encantadora que naciera en Campo de Criptana (Ciudad Real). Pensé encontrarme con una diosa pagana y me encuentro con una Santa Teresa que da escalofríos. A mí me gusta la otra cara de Sara.
-¿Qué piensas antes de salir a escena? ¿Rezas?
-Mira, cuando se me empieza a avisar: “Doña Sara, veinte minutos; doña Sara, cinco minutos”, siento un miedo horroroso. ¿Y rezas? Sí, he rezado y sigo rezando. Mucho y con una fe tremenda.
-¿Los productores, los directores, nunca te pidieron nada a cambio de darte un papel?
-Ya te entiendo, pero eso no existe. Te vas con un hombre si te gusta y en paz. Lo mismo que lo hace la mujer del abogado, el tendero o cualquier otra. ¿O crees que eso se da sólo en nuestra profesión? ¡Si yo te contara!
Y Sara, con una personalidad natural de la mujer sin careta, ríe. La divierte lo que hablamos.
-¿Crees en el amor?
-Locamente. No puedo vivir sin él. Como creo en la amistad, aunque haya golpes bajos, pero es estupenda.
-¿De qué te sientes orgullosa como profesional?
-De haber logrado lo que nunca me pude imaginar.
-¿Cómo duermes, boca abajo, arriba o de lado?
-Boca arriba y con un brazo hacia atrás, y muy a pierna suelta…
-¿Caprichos?
-Como toda mujer.
-¿Un capricho no realizado?
-Ir al Matto Groso, pero tengo miedo. Estoy invitada y lo sigo pensando. Creo que puede ser muy interesante.


-¿Es cierto que mantienes a toda tu familia, incluidos tus sobrinos?
-Sí; es cierto. Claro que algunos trabajan, pero los estudios salen todos de mí. En total son siete. La mayor de veintiún años. Una de mis sobrinas estudia periodismo. Te aseguro que cuesta un ojo de la cara.
Nos dice que son una familia muy unida, que sin sus padres no hubiera sido nada. Ellos se portaron muy bien con ella sin haber antecedentes en la familia.
-¿Has pensado escribir tu autobiografía?
-Claro que lo he pensado. Ya la estoy escribiendo. La titularé “Yo misma”. ¡Y qué secretos cuento! Agotaré el papel.
-Después de tu profesión, ¿qué te gusta?
 -La pintura, la música y la fotografía. Las fotos me chiflan. Es un vicio.
-¿Una actriz actual que destacar?
-Conchita Velasco. Es sensacional. Pero hay otras. Rocío Dúrcal también está entre ellas.
-¿Qué opinas de los hombres?
-Que están muy bien. Sois sensacionales.
-¿Cuándo has besado al último?
-Yo beso a alguno todos los días.
-¿No te gustaría tener algún hijo?
-¡Pero si he tenido cinco! Ten presente que he estado casado dos veces. La pena es que todos hayan muerto. Cinco abortos que lamento.
-¿Signo?
-Piscis.
-¿Una flor?
-Cualquiera, pero que sea roja.
-¿Qué piensas del mundo?
-Que está desquiciado. Siempre de guerras, de follones, como si no hubiera otras cosas en qué pensar.
-¿Cuándo te hubiera gustado nacer?
-En la época de Larra.
-¿Entiendes de política?
-No. Y además es un asco. Lo que pasa es que hay políticos que nos manejan y hemos de aguantarlos.
Sara Montiel es la actriz que mejor paga a los que trabajan con ella de todos los españoles. El vestuario que usa en “Saritísima” importó tres millones de pesetas. Sólo levantar el telón cuesta 160.000 pesetas, y luce un vestido bordado en pedrería que vale 380.000. Saca en total ocho trajes diferentes. En marzo empezará una película, que dirigirá Pedro Olea, sobre una apasionada historia de amor.
-¿Es cierto que te pagaron muy poco por “El último cuplé”?
-Totalmente cierto. Cobré doscientas cincuenta pesetas diarias y cien mil al cabo de un año y tras mucho esperar.
-¿Se te han hecho preguntas molestas alguna vez?
-Sí. Ya sabes cómo es esto. Unos respetan tu vida privada y otros no, pero yo perdono todo y nunca guardo rencor.

Fotos: CESAR RUSS


En el artículo EL MATRIMONIO ARTÍSTICO ESPAÑOL EN CRISIS esto dicen de la pareja Tous-Montiel


Sara Montiel piensa casarse con Pepe Tous y su marido no dice nada. 


EL RECORTE CCLXIV
En los '70 Sara puso en marcha varios espectáculos. Comenzaba la década con "Sara Montiel en persona". Así lo presentaba la actriz en la revista Diez Minutos en 1.970. 


SARA MONTIEL
Habla de su espectáculo y de su esperanza de ser madre

Sara Montiel se presentó a mediados de diciembre en el teatro de la Zarzuela, de Madrid, al frente de su propio espectáculo, con un título pensado por su protagonista desde hace algunos años: “Sara Montiel en persona”.
VESTUARIO DE MILLONES
Ha dejado su traje negro, sencillo, cambiándolo por un traje-pijama que luego convirtió en minifalda. Cambia también su peinado por mor de una peluca pelirroja. Sara está bellísima, rejuvenecida.
-Hablemos de trapitos, Sara.
-Pues saco en escena veintiún vestidos, de Vargas Ochagavía, Maribel y Christian Dior.
-¿Cuántos millones llevas encima?
-Mira: el traje más barato que llevo puesto vale ciento veintidós mil pesetas, y el resto, un término medio de doscientas mil.
-O sea más de cuatro millones de pesetas supone tu vestuario.
-En efecto.
Y luego, agregamos nosotros, otro millón de pesetas en joyas. El espectáculo “Sara Montiel en persona” es uno de los más costosos en la historia de la escena española.


Dos actitudes de la "estrella" que demuestran que está en plena forma y llena de encantos. 


RECORRERÁ DIVERSAS CAPITALES ESPAÑOLAS
-¿Hasta cuándo has firmado contratos con tu empresario?
-Hasta marzo, porque seguidamente he de rodar una nueva película.
-Después de Madrid, ¿qué capitales van a verte?
-Barcelona, Valencia, Sevilla, Alicante, Murcia, Zaragoza y alguna otra. No creo que me dé tiempo para más.
-Por cierto: ¿es verdad que en tu próximo filme vas a ser dirigida por Vittorio de Sica?
-En absoluto. La noticia es falsa. Me entero ahora. A De Sica y a su mujer, María Mercader, les conozco desde hace muchísimo tiempo, pero es inexacto que me vaya a dirigir en el cine. Estuvo a punto de hacerlo, sin embargo, en “Pan, amor… y Andalucía”. Me propuso a mí el papel protagonista, pero no me interesó.
-Volvamos al asunto central que nos ocupa. ¿Qué es, en síntesis, “Sara Montiel en persona”?
-Un “show” musical, ni más ni menos. El mismo “show” que presenté en Rumanía, Santo Domingo o Puerto Rico. Aquí, por cierto, lo presenció Pablo Casals. Bueno, pues te sigo diciendo que hago un “show” al estilo de los Sinatra, Sammy Davis o Mireille Mathieu en el Olympia, que nada tiene que ver con las galas que efectúan otros artistas. Un “show” en el más amplio sentido de la palabra, con un “ballet” maravilloso y unos cómicos excelentes.
-Y Sara, claro.
-Sí, Sara Montiel en carne y hueso, para que los espectadores se convenzan de una vez ante mi presencia de que no estoy gruesa, ni vieja, ni tengo arrugas en la cara.
-Una Sara Montiel que canta los cuplés de siempre.
-Un momento no canto sólo cuplés, sino las mejores canciones de mis trece últimas películas y otras más modernas, de otros compositores, como Armando Manzanero y dos que he estrenado.


Sofisticada y sencilla, clásica y moderna, Sara, en su hogar. 


“TENGO TREINTA Y SEIS AÑOS, PESO 57 KILOS Y ESTOY MEJOR QUE NUNCA”
-Hay quien dice, Sara, que deberías adelgazar…
Sara Montiel me mira con sus ojos negros, muy fijamente. Esos ojos que ella misma considera lo más relevante de su rostro.
-¿Qué estoy gruesa? ¡No me hagas reír! Ya ves: peso 57 kilos y tengo treinta y seis años. Ya voy camino de los treinta y siete y me encuentro mejor que nunca. Voy a hacerte una confidencia: cuando yo tenía diecisiete años pesaba 70 kilos. ¡Fíjate si he adelgazado! De los 57 kilos no me muevo.
-¿Qué lamentas en tu vida?
-Haber sido y seguir siendo terriblemente sincera.
“UN HIJO CAMBIARÍA MI VIDA”
-¿Triste en el fondo?
-Siempre fui muy sentimental. Y ahora, desde que murió mi madre, echo de menos su compañía. Mi madre era para mí madre e hija al mismo tiempo.
-¿Quizá sientes no tener un hijo?
-Sí. Un hijo cambiaría mi vida.
-¿Esperas ser madre?
-Este año estoy dispuesta a serlo.
-¿De verdad?
-Como lo oyes. Escríbelo bien clarito.
Escrito está.

Oscar GRACIA
Agencia TORREMOCHA


LA FOTO CCLXIV


Otra foto de la misma sesión de la revista Diez Minutos. 

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