FAMOSAS en la
INTIMIDAD
SARA MONTIEL
Lujosamente abrigada, Sara les invita a pasar la página y entrar en su hogar.
La Sara nacional, o la “Saritísima”, como se la
llama ahora, no ha podido mostrarnos su casa madrileña, como sería su deseo, ya
que se deshizo de ella al morir su madre, por motivos sentimentales, pero no ha
tenido inconveniente en enseñarnos la “Pensión Parra”, que es donde se aloja.
Sara Montiel, en estos momentos, y dado que no tiene casa en Madrid, vive
habitualmente en casa de su gran amigo el también popularísimo actor Vicente
Parra, y allí desarrolla su vida cotidiana. ¿Hace falta decir que Sarita sigue
tan guapa como siempre? Según sus propias palabras, no acostumbra a hacer
ningún cuidado especial de su cara, aunque sí usa unas cremas hidratantes y de
limpieza. Según ella, la mejor receta para la piel es no hacer excesos en las
comidas, tomar mucha fruta, no probar el alcohol y dormir un mínimo de ocho
horas diarias. El resto, también según sus propias palabras, “es de nacimiento”.
Indiscutiblemente, la Montiel está en un momento
óptimo de su carrera, aunque su popularidad nunca decreció, debido no sólo al
éxito de la bardeniana “Varietés”, sino también a esa oportuna revisión que
T.V.E., ha hecho de “Locura de amor”, “El último cuplé” y “Mi último tango”,
demostrando a la vez que su éxito no fue precisamente casual.
De "short" y "midi" a la vez.
Sara Montiel piensa ponerse de nuevo ante las
cámaras en el mes de mayo, aunque aún están sin concretar los tres proyectos
que tiene entre manos. Uno es netamente español, otro en coproducción con
Italia y dirigido por Vittorio de Sica, y el otro sería junto a una serie de
nombres internacionalmente famosos, entre los que estaría el de Richard Burton.
Sobre éste último asunto, Sara me dijo: “Es bonita
la idea, aunque un poco difícil de realizar, ya que el problema principal
consiste en encontrar fechas libres entre los seis u ocho actores que
intervendríamos, dado que todos son importantísimos y de primera línea. El
proyecto sigue adelante, aunque no creo que pueda llevarse a cabo antes de un
año y medio o dos”.
HALL Y SALONES
Así, pasa , a veces, el tiempo.
Para invitarnos a pasar a la “Pensión Parra”, Sara
Montiel, vistió un carísimo abrigo de pieles, de esos que hacen palidecer de
envidia a las señoras. Luego dentro, en el salón, cambió este atuendo por otro
compuesto a base de “mino-short” y abrigo “midi”, de lana negra bordado en lana
color naranja. En este salón, amplio y acogedor, de estilo clásico y amueblado
maravillosamente, con una de las paredes cubierta de valiosos cuadros, Sara
recibe a las visitas y escucha discos en compañía de Vicente, siempre a la
caída de la tarde o en la noche. En otro salón, con gran librería blanca suele
ver la TV.
En un cómodo y lujoso salón, la biblioteca.
EN LA COCINA
Tras hacernos una demostración de que sabe servir el
té, como en el “play back” de “Las camareras”, Sara nos demostró que en el
“office” de la casa de Vicente (amplísimo y decorado en blanco y azul) se
siente como pez en el agua. Primero nos dio la receta de un plato típico de su
tierra, las gachas manchegas, y luego nos contó cómo pensaba aderezar unas
cabezas de cordero que iban a ser su plato de esa noche.
Dominios... no muy bien dominados.
SU RECETA
Gachas Manchegas: Con aceite de oliva se fríen ajos, trozos de hígado de cerdo y tocino,
añadiéndole un poco de pimienta y suficiente harina de “titos”. Luego se le va
añadiendo agua hasta que se ha conseguido la soltura deseada.
Cabezas de cordero: Se sazonan con especias y perejil las cabezas,
previamente partidas en dos, y se les pone al horno hasta que están bastante
pasadas. Si se riegan con un poco de vino blanco quedan aún más sabrosas.
EN EL BAÑO
A Sarita le gusta más ducharse que bañarse, y según
nos cuenta, el agua debe ser caliente y fría a intervalos. Esto facilita la circulación
de la sangre y tensa la piel. El baño, lo toma más bien como forma relajante, y
lo recomienda antes de irse a dormir. Así que ya lo saben: ducha por la mañana
y baño por la noche. El juego de toallas de la Montiel, así como las cortinas
del baño, sin de un rojo subidísimo.
Sólo de ver las toallas, se nota sensación de calor. ¿A qué sí?
COMO DUERME
Vicente Parra, gentil con su invitada, le ha cedido
su propio dormitorio. Esta pieza es amplia y acogedora, con una cama grande,
cuya colcha de ganchillo, de color rojo, ha sido tejida por la madre de
Vicente. Aquí, Sara Montiel descansa, aunque dice que poco, porque los ruidos
de las obras de la Plaza de España no la dejan dormir bien, lee revistas y
contesta la correspondencia en una pequeña mesa que hay en un rincón de la
estancia. Su prenda favorita para dormir suelen ser unos amplísimos camisones
de seda natural, todos ellos en tonos pastel.
He aquí uno de sus camisones preferidos.
Y con esta sonrisa, Sara se despidió de nosotros, tras la visita a su hogar provisional.
SU “HOBBY”
Sara Montiel nos dijo que no tiene ningún “hobby”
determinado y tan fuerte que llegue a ser tal, aunque le encanta “echar” las
cartas a sus amigos.
(Escribe TRIALASOS.)
(Fotos:
CUENCA.)
SARA MONTIEL,
premio “Vip”
de 1.971
(De cómo un
prendedor no pudo ser colocado en el lugar habitual)
Un hotel de Madrid instituyó el año pasado los
premios V.I.P. (Very Important Person), consistentes en un prendedor de oro y brillantes
para las señoras y unos gemelos ídem de ídem para los caballeros. Se trata del
hotel Monte Real. En la pasada edición lo recibieron Natalia Figueroa y el
marqués de Villaverde, y en la actual, la actriz Sara Montiel y el humorista
Antonio Mingote. Dicho premio, que seguirá otorgándose cada año, ha adquirido
ya una alta cotización entre los presuntos y futuros poseedores de él, que
estarán siempre entre las gentes del mundillo artístico, social y literario.
Natalia Figueroa y Julio Torrija –director del
citado hotel- resultaron unos eficacísimos anfitriones en el cóctel, recibiendo
a los invitados, rompiendo los “hielos” iniciales y atendiendo a todos con suma
gentileza… Vi juntos, tomando el primer whisky de la noche a cuatro de nuestros
más afamados galanes, todos ellos solteros cotizados. Me refiero a Vicente
Parra, Julián Mateos, Ángel Aranda y José Rubio, que se contaban mutuamente sus
proyectos. Vicente hablaba de su próxima película con Paquita Rico; Julián, de
su auténtica vocación: la vida contemplativa; Ángel, de su éxito en TV. y del
gusto que le ha tomado a este medio, y Pepe de la compañía teatral que forma,
para interpretar “La tercera palabra”, junto a Gloria Cámara, con la que
desmiente romance. Cuando los emplacé para que se fotografiaran juntos, uno de
ellos me dijo, bromeando: “Por favor, cuando pongas pie a esta foto no la titules
‘Mundo camp’…” A Camilo Sesto, único representante del mundo de la
canción en el acto, le vi charlando casi toda la noche con la princesa Carmen
de Hohenlohe. Camilo está enamorado, su amor pertenece al mundo del cine, pero
no le gusta la palabra novio. Al tiempo… El director Agustín Navarro charlaba
intensamente de cine con el actor español afincado en Méjico, Carlos Piñar. No
pude enterarme bien de su conversación, pero la palabra “coproducción” sonó
varias veces, así como el nombre de la actriz mejicana Jacqueline Andere, que
por lo visto es una de las más prestigiosas de allá, y con un palmito que nada
tiene que envidiar al de Fanny Cano…
La esposa de Agustín Navarro, Carmen de la Maza,
hizo causa común con Teresa del Río (sin Marsillac). Esta última era la única
rival de Sara Montiel, en cuanto a escote se refiere, porque Sarita llegó con
un traje de Dior, en gasa negra y brillantes, que ya, ya. Un servidor, que ya
está un poco acostumbrado a este tipo de generosas exhibiciones de la Montiel,
me quedé al verla casi sin respiración, como casi todos los presentes. Pero
ella, tan fresca, ¡y tan guapa!, que todo hay que decirlo… Pedro Osinaga
asistió en compañía de Tomy, su mujer, que también llamó la atención lo suyo,
con un vestido de gasa transparente y dos manos de brillantes en el sitio que
ustedes pueden ver en las fotografías. Pedro me dijo que ha terminado
cansadísimo de la obra “Un millón de rosas”, junto a Conchita Márquez Piquer, y
que anda en conversaciones con Manolo Collado para hacer una próxima obra
teatral con María José Goyanes…
UN DIVERTIDO INCIDENTE
Natalia Figueroa brinda con los premiados, Sara y Mingote. Obsérvese que Sara lleva su V.I.P. prendido en la cintura (dentro del círculo), en la foto de arriba, Natalia bromea con Sara al no poderla prender el distintivo de V.I.P. debido al gran escote de la actriz.
José Luís López Vázquez, muy serio y muy elegante
con su chaqueta de raso brochado, tiene película importante a la vista, pero no
quiso soltar prenda por aquello del “gafe”… Laura Valenzuela, con traje de
señor, asistió con su marido, el productor José Luís Dibildos, y me ratificó su
promesa de no incidir en ningún tipo de actividad artística. De su hija, Lara
Paula, hablaba y no paraba… También vi por allí, entre copas y canapés, a la
princesa Cristina de Baviere (muy alta y muy elegante), y a José María Forqué,
con su “Cera Virgen” en censura.
Tras el cóctel, la cena, y tras ésta los discursos,
breves, concisos y acertados. Primero habló Natalia Figueroa, ensalzando las
figuras de Mingote y Sara, y a continuación respondieron los homenajeados.
Entre las frases que pronunció Mingote, estaba la que sigue: “Vuestra
amistad me ha nombrado importante. Soy importante, pues, mientras vosotros
sigáis siendo amigos míos.” Sara, por su parte, dijo: “Soy muy tímida, aunque mi escote demuestre lo contrario,
y sólo voy a decirles que ya que ustedes me han hecho importante con esta
insignia, me obligan con ello a tratar de seguir siéndolo. Espero no
decepcionarles.” Acto seguido, Natalia entregó a Mingote sus gemelos
V.I.P. y a Sara trató de prenderla su broche, aunque dado el tremendo escote de
ésta, tuvo que optar por prendérselo en la cintura.
Terminada la cena, los invitados al acto pasaron a
la discoteca, donde comenzó el baile. A los acordes de sí misma (en el
tocadiscos sonaba una de sus canciones) Sara abrió el baile con Mingote.
Mediada la fiesta, a la que se incorporaron actores
que trabajaban en el teatro, el cuadro flamenco del “Café de Chinitas” ofreció
un bonito y animado espectáculo, que tuvo un cierre de broche de oro con las
gentiles intervenciones de Rosario y Pilar López.
EL RECORTE CCLXI
Entre las muchas novedades que los '70 trajeron para Sara, la actriz tuvo que enfrentarse, además, con el mejor de sus humores, a los continuos rumores sobre su aspecto físico. Buena muestra es esta entrevista que concedía para Semana, en su número de 8 de Mayo de 1.976, con un fascinante reportaje fotográfico.
LA GRAN
ESTRELLA NOS RECIBIÓ, CON SU NUEVA Y SORPRENDENTE SILUETA, EN SUS “POSESIONES”
DE MALLORCA
El “milagro”
de
SARA MONTIEL:
ha adelgazado
quince kilos en sesenta días
*REVELACIÓN:
SU PASADA GORDURA NO ERA DEBIDA A LOS BOCADILLOS DE MORCILLA (COMO ASEGURABAN
ALGUNAS COLEGAS SUYAS), SINO A UN PROCESO EDEMATOSO
Nabuguesa es una montaña que se asoma audazmente a
la ciudad de Palma.
Se llega a su cúspide por un zigzagueante e infernal
camino de tierra violentamente batida por las avenidas de agua.
Tras la penosa “escalada”, el viajero puede
disfrutar del maravilloso premio: una vista fantástica de la isla de Mallorca.
En tan hermoso lugar se alza “Lady-Cuchi-Boy”, la
fastuosa posesión mallorquina de Sara Montiel. Se llama así en homenaje a los
tres perros de la actriz: “Lady”, una papillón; “Cuchi”, una caniche y “Boy”,
un mastín mallorquín negro como el charol.
A la puerta del chalé nos esperan Carlos y “Boy”.
Carlos es el mayordomo perfecto. Habla poco, es atento y educado. Va
uniformado. Quizá tenga una larga e interesante historia.
-La
señora les espera.
El gran salón de “Lady-Cuchi-Boy” comunica con la
terraza corrida, que parece estar colgada sobre Palma. El panorama que se
contempla desde aquí es inenarrable: toda Palma y casi toda Mallorca, desde El
Arenal hasta Palma Nova. El majestuoso abanico de la bahía. Más allá, la isla
de Cabrera. A nuestros pies, los castillos de Bellver y el palacio de Marivent,
residencia de los Reyes de España. Y los chalés de Camilo José Cela y Joan
Miró.
“MILAGRO” MONTIEL
Pero la mayor sorpresa me la reservaba la dueña de
“Lady-Cuchi-Boy”. Porque la Sara Montiel que compareció ante mí no guardaba
relación alguna con la Sara Montiel de hace poco más de un mes. Podríamos
decir, como en las novelas, que cualquier parecido entre ambas es pura
coincidencia. Me quedé asombrado al verla aparecer. Sara, con una de sus
peculiares sonrisas, reveló que le agradaba mi asombro.
Lógico: esta mujer ha adelgazado quince kilos en
sesenta días.
-Ya lo ven… Ahora peso cincuenta y un
kilos. Y aún tengo que adelgazar más para luego poder “manejarme” entre los cincuenta
y los cincuenta y cinco. Y si les digo qué talla uso ahora no se lo van a
creer. La 40. Hace un par de meses usaba la 48, ya rozando la 49.
Estaba orgullosa de su proeza. Porque proeza es
pasar en tan poco tiempo de “gordita” a esbelta.
-¿Cuál es el secreto de tan sorprendente y drástico
adelgazamiento?
-No hay tal secreto, sino un magnífico
tratamiento que me puso un doctor catalán, cuyo nombre no digo por no herir su
natural modestia.
-A base de pasar hambre, ¿no?
-Pues, no. De pasar hambre nada. Y,
además, tengo la tensión compensada.
Sara tiene un chalé en un lugar privilegiado de Palma. Aquí vemos a la famosa estrella en una de sus estancias, amueblada y decorada con gusto y personalidad.
En efecto: Sara, por su aspecto, no delataba
necesidad alguna. Su aspecto era estupendo. Al librarse de tantos kilos de más,
también se ha librado de… años superfluos. Podemos hablar, pues, de una
auténticamente “nueva Sara Montiel”.
-Como de casi todo. Mi desayuno
consiste en una taza de café, cuatro tostadas de pan especial, dos cucharillas
de azúcar, dos manzanas, un plátano, y una toronja. A media mañana, repongo
energías con una manzana grande y una efusión de manzanillas, menta o poleo…
-La comida.
-Suelo hacerla a base de cualquier
carne (menos cerdo) estofada con aceite, vinagre y sal, más tres patatas
pequeñas. De postre, un té con tres cucharillas de azúcar.
-La cena.
-Por la noche como pescado. Doscientos
cincuenta gramos, exactamente. Y doscientos de verdura: espinacas, alcachofas,
judías verdes… De postre, una manzana hervida con una cucharilla de azúcar.
-¿Eso es todo?
-Eso es todo. Lo que pasa es que este
médico dio con el “quid” de la cuestión y me puso el régimen adecuado tras
analizar detenidamente todas las circunstancias de mi caso. Porque no es la
primera vez que sigo un tratamiento. Ya lo hice en Méjico, pero los resultados
no fueron positivos.
Hay una “lista negra” de alimentos que tiene
absolutamente prohibidos, a saber: arroz, cerdo, féculas (exceptuando la
patata), mantequilla, nata, coco, leche y hojaldres. Puede comer un huevo a la
semana.
La nueva y esbelta Sara, en dos versiones.
PROCESO
EDEMATOSO
-Su caso… ¿Cuál es, realmente, su caso?
Porque ya es hora –pienso- de aclarar de una vez por
todas las auténticas razones del desorbitado engordamiento de Sara Montiel.
Achacarlos –como suelen hacer algunas colegas suyas- a su irrefrenable pasión
por los bocadillos de morcilla y la tortilla de patata, resulta exagerado. Yo
siempre supuse que habría algún motivo más.
-¡Ojalá mi gordura se debiera a que
soy comilona! Con dejar de comer… Pero padezco un proceso edematoso.
Estaba guapa, atractiva. Yo diría –de no ser una frase
ya muy usada- que como en sus mejores tiempos. Me hablaba con su habitual
languidez, arrastrando las sílabas.
-Creo que de ahora en adelante todo
cambiará. De un lado, este formidable régimen que ha dado en la diana. De otro,
una vacuna que ha inventado un doctor suizo, llamado Lamber, que, si no evita
el edema cuando comienza a producirse, sí lo suaviza en una hora.
No da mayor importancia a sus palabras. Ni a su
caso. Pero es fácil adivinar el drama íntimo que ha vivido estos últimos
tiempos, cuando nada ni nadie podía detener la tremenda invasión de los kilos.
Se encontraba deprimida, desanimada, con achaques… En peligrosa situación, en
suma.
-Me sentía una desgraciada, a qué
negarlo –me confiesa ahora con desgarro-. ¿Cómo me iba a sentir? Pero me animaba con la filosofía
del beodo, al que la fe le insultaba con gritos de ¡borracho! Y éste le
respondía sonriendo: ‘Pero a mí se me pasará mañana. Tú, sin embargo, te
morirás fea’. Y así ha sido… Yo llegué a pesar 69 kilos. A veces me sentía muy
desmoralizada, pero siempre confiaba en una solución.
Parece ser que Sara padece el edema de Quincke desde
temprana edad, debido, tal vez, a la difteria. Lo cierto es que en el
transcurso del tiempo le ha jugado muy malas pasadas.
-Supongo que algunas colegas mías
disfrutarán mucho al verme rellenita. Pues ahora siento darles este disgusto…
Por otro lado, que sepan todos que, aun gorda, he trabajado como nunca. No creo
que a otras el público las hubiese admitido con algunos kilos de más. Esto
quiere decir que el público está conmigo.
Sara en el gran salón de su residencia mallorquina. Es como un pequeño gran museo de recuerdos de la estrella. Y en el centro, ella, orgullosa de su nueva silueta.
PROBLEMAS
ECONÓMICOS
Ha pedido una infusión de té. Bebe –forma parte del
régimen- grandes cantidades. Es lo más penoso de su menú: bebe tanto que llega
a sentir náuseas.
-Se publicaban algunos comentarios poco piadosos
sobre su gordura…
-Te aguantas, y en paz –responde con conformismo.
-¿Qué es lo peor, estar gorda o tener barba?
Se pasa instintivamente la mano por la cara.
-Estar gorda. La barba me la afeitaría
cuantas veces hiciese falta. Pero… ¡líbreme Dios de estar gorda y de tener barba!
Carlos me ofrece algunos de sus combinados. Es un
experto.
-Mi adelgazamiento me ha traído
problemas económicos. ¡Tengo que renovar todo mi vestuario! Debido al cambio de
medidas, estoy desechando vestidos de noche, trajes de verano que me compré en
Brasil… No tendré más remedio que gastarme medio millón de pesetas en ropa. Si
a esta cifra añadimos el precio de la recién comprada y que no puedo ponerme…
Antes les hablaba de su nueva talla. Vayan otros
datos reveladores: su cintura ha disminuido catorce centímetros; antes medía
72, y ahora, 58. ¿Comprenden ahora por qué Sara tiene ‘problemas’ con su
vestuario?
-Pero mi busto sigue inalterable –me informa orgullosa-. Continúo
con mis 98 centímetros de siempre. No quisiera poner los dientes largos a
nadie, pero debo decir, en honor a la verdad, que desde los nueve años vengo
usando el mismo “cruzado mágico”.
Y sonríe con picardía (se las pinta sola para ello).
-Amén del régimen, aquí llevo una vida
sana, que me favorece. Paseo entre los pinos con mis perros, respiro aire puro,
tomo el sol… Cuido el jardín, riego, trasplanto esquejes, podo… Formas
simpáticas y gratas de hacer ejercicio.
-Pero los días son muy largos…
-Claro. Me queda tiempo para leer
guiones de películas, estudiar nuevas canciones… ¡Ah! Y también, pienso.
-¿Qué piensa? –me apresuré a inquirir.
-Cosas insólitas –fue su insólita respuesta.
Tiene, aquí, tres servidores, a los que considera
como de la familia: el ya mencionado Carlos; Bárbara, la cocinera, y Juan, el
jardinero. El chalé, por dentro, es, ante todo y sobre todo, el pequeño gran
museo de Sara Montiel. Recuerdos de toda una vida por doquier… Y en el salón de
estar, el viejo sofá de su madre.
-La pobre se pasaba todo el día
tumbada en él por su flebitis. Lo conservo aquí porque me trae el recuerdo de
mamá.
Un gran amor que jamás se extingue…
Sara y "Boy" en la piscina. Al fondo un fantástico panorama de la ciudad de Palma y de gran parte de la isla de Mallorca.
Sara gusta de respirar aire puro y tomar el sol en el jardín de su "posesión" palmenesa. Aquí la vemos jugando con "Boy".
-¿Ha pensado quedarse a vivir aquí para siempre?
-Este lugar me encanta. La isla, el
Mediterráneo, la hermosa vista que disfruto desde aquí, la tranquilidad… ¡Ya lo
creo que me quedaría a vivir aquí! Pero tengo que trabajar porque no soy la
viuda de Onassis. De todas formas, cada vez vendré aquí con más frecuencia.
Mallorca me sienta bien.
Tuvo otro chalé, también de cine, en Los Ángeles,
mientras estuvo casada con Anthony Mann. Pero prefiere éste e Palma.
Formulé a Sara unas últimas y rápidas preguntas.
-¿Qué opina de los destapes de algunas colegas
suyas?
-Que tapadas estarían más favorecidas.
-¿Se afiliará a algún grupo político?
-Sí, al que tenga un “líder” como
Robert Redford o Burt Reynolds. Los “líderes” actuales no me hacen tilín. Les
falta “sexy”.
-¿Tiene inconveniente en que los periódicos
publiquen las listas de los contribuyentes de Hacienda?
-Ninguno. Pero que salgamos todos…
-¿Cuál es su actual situación económica?
-Tengo lo suficiente para no terminar
mis días en un asilo, aunque mucho menos que algunos que ni siquiera figuran en
las famosas listas de Hacienda. Por cierto: he pedido a mi marido un estado de
cuentas de todos los años que él administró mis bienes con poderes otorgados
por mí. Quiero zanjarlo todo y conocer mi exacta situación económica.
-Dice Lola Flores que usted y ella son de la misma
“quinta”…
-Si a Lola le hace ilusión tener mi
edad, me parece maravilloso. Pero yo, la única “quinta” que conozco es la de
Beethoven…
***
La conversación pudo haberse prolongado horas y horas.
Con Sara, siempre es posible. Y, más ahora, que se encuentra en plena forma,
eufórica y optimista. Me habló con bastante misterio de su próxima reaparición
ante el público. Será, por muchas razones, sonada. Una de ellas, sus quince
kilos menos. Una razón de peso, sin duda.
HEBREO SAN
MARTÍN
(Fotos J.
Torremocha.) (Enviados especiales).
LA FOTO CCLXI
Siempre espectacular.
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