Oni pricaju o
sebi
SARITA MONTIEL
Zao mi je sto se uloge koje tumacim na filmu toliko
razlikuju od moje uloge u privatnom zivotu. Dok sam na filmu uvek lepa,
blistava, u raskosnim toaletama, cesto nesrecno zaljubljena, moja uloga u
zivotu bitno se razlikuje.
Ne volim izlake, ne volim skupocene haljine. Uvek sam
volela jednostavnost. Osim toga, imam tesko bolesnu majku pored koje provodim
svaki delic svog slobodnog vremena. Moji obozavaoci se u pismima cesto zale
sto u listovima retko nailaze na moje fotografije, dok slika nekih manje
popularnih glumica ima u izobilju. Razlog je jednostavan: ja nikud ne izlazim.
Ne posecujem ekskluzivne lokale, ne volim filmske premijere, ni hotele, ni
prijeme. Nikada nisam dozvolila da mi pripisu flert s nekim od partnera ili
prave afere oko mog imena.
Mnogi misle da
sam razmazena zvezda, ali nema vece neistine od toga. Oni koji me poznaju cesto
mi prebacuju da suvise radim, da nemam potrebnog odmora, da unistavam svoje
zdravlje. Tacno je da radim i po cetrnaest casova dnevno, ali taj rad je moja
jedina satisfakcija za prazni privatni zivot.
Nedavno sam se
razisla s covekon koga sam voleta i ostala sama s majkom. Uvece, kada posle
napornog snimanja dodem kuci, mene niko ne ceka. Zivim bez utehe i toplih reci, sama, melanholicna i zeljna vedrijih
trenutaka.
Srecom, filmovi
u kojima igram za trenutak razbijaju monotoniju moga zivota. U tim filmovima
uvek sam u sredistu paznje: lepa, obozavana, zeljena, zena koja pati i zbog
koje drugi pate. Svesna sam da su ti filmovi sentimentalni i melodramaticni,
ali publika ih voli i zato se ne ljutim kada za mene kazu da sam glumica za
publiku.
Ne krijem da bih
zeleta da se okusam i u nekom znacajnijem filmsko, zadatku i tako najzad uverim
kriticare da nisam samo lepa statua pred kamerama. Medutim, snimila sam vec
suvise tih sentimentalnih filmova da bi se ijedan znacajniji reziser usudio da
mi poveri slozenu, dramsku ulogu. Znam da
takav trenutak nikada necu doziveti, ali sam se s tim vec pomirila.
Od svih partnera s kojima sam do danas radila u
najvecem secánju ostao mi je Raf Valone, s kojim sam igrala u filmu “Prodavacica
ljubicica”, Raf je divan partner, kolega kakav se samo moze pozeleti: pazljiv,
galantan, uvek na usluzi. Trebalo je da snimimo I nastavak “Prodavacice”, ali
ovaj projekat nikada nije realizovan.
EL RECORTE CCLVIII
1.969 fue un año clave para la estrella. La muerte de su madre, María, la marcó profundamente. Hasta el final de sus días dijo que la echaba de menos y que era la única persona a la que debía agradecerle algo. Su, todavía, no tan amiga Marujita Díaz, la invitó a sus 'Piedras Negras' para mitigar en algo la pena. Ambas artistas posaban así para la revista Semana en 1.969.
MARUJITA DÍAZ
HA INVITADO UNA TEMPORADA A
SARA MONTIEL
para que
mitigara el dolor producido por la muerte de su madre
Malos vientos habían soplado cerca de Sara Montiel y
Marujita Díaz hace algunos años. Hubo quien se empeñó en enfrentarlas y el
veneno de los celos y las envidias flotaron sobre sus nombres. Mala cosa esta
de los bulos mordaces. Pero ambas, en el fondo, seguían siendo buenas amigas. Y
ahora que la desgracia ha llamado a la puerta de una de ellas, el compañerismo
y la amistad se han dado la mano para ayudar a aquélla.
La inesperada muerte de la madre de Sara Montiel
dejó abatida a nuestra estrella. Tras los funerales, Sara se recogió en un
rincón de su piso madrileño, donde había vivido bellos momentos junto a la
aurora de sus días. El dolor era fuerte. La casa se llenaba de recuerdos. Sonó
el teléfono en un instante. Era de Marujita Díaz, que le invitó a pasar unos
días, primero, en un chalet de la Costa del Sol y, luego, en el suyo de Madrid.
Sara aceptó encantada. Se sobrepuso a sí misma, secó sus abundantes lágrimas y
acudió a la llamada de su buena amiga, que deseaba consolarla a todo trance.
Marujita Díaz, junto a Sara Montiel. A las dos se les ha unido la madre de Maruja. Ambas han mitigado en parte el dolor que aflige a Sara estos días.
AMBAS SE CONOCIERON
A TRAVÉS DE LUPE SINO
Sara y Maruja han pasado unos días felices. Sara,
aunque todavía viste de luto riguroso, ha superado esos primeros momentos
tensos de amargura.
-Todo se lo debo a Maruja, a su madre
y a mis hermanas Elpidia y María de los Ángeles. Si no hubiera sido por ellas,
no sé que habría pasado. Quería demasiado a mi madre y no me acostumbro a
haberla perdido repentinamente.
Importa ahora preguntar cuándo se conocieron ambas.
-Nos presentó Lupe Sino –recuerda Sara-. Eso fue
en 1.956.
-¿Quién tiene más genio de las dos?
-Las dos tenemos un genio parecido –tercia Sara.
-Más
que genio, temperamento –le secunda
Marujita-. Gracias a eso hemos llegado tan alto. Bueno, yo diría que Sara me gana en
una cosa: es coleccionista de billetes verdes. Yo me conformo con coleccionar
sellos.
Es el primer atisbo de sonrisa. Las dos, frente al
periodista, han escondido las garras afiladas de su habitual diálogo. Se miran
sin malicia. No hay envidias ni divismos por medio. Al menos, si las hubiera,
disimulan muy bien.
-Di –interviene Sarita- que harían falta
muchos años para contar en reales lo que yo he ganado en el cine.
Sara, con dos peinados diferentes, sosteniendo entre sus brazos a "Rasputín", el perro propiedad de Maruja Díaz.
SI ALGUIEN SE
LO PROPUSIERA, TRABAJARÍAN JUNTAS
-Admitamos, en hipótesis, que Sara Montiel y
Marujita Díaz encabezan juntas una película. Presumamos que un productor
valiente, con los millones por delante, decide contratar a ambas. ¿Qué pasaría?
-No pasaría absolutamente nada. Vamos –resume Sara-, quiero
decir que por nosotras no existirían dificultades de ningún tipo y el
productor, aunque arriesgara sus buenos millones de pesetas, saldría ganando a
fin de cuentas.
-¿Y qué película podríais protagonizar, de acuerdo
con vuestro temperamento?
Sara lleva la voz cantante. Maruja casi le escucha
embobada.
-“Fortunata y Jacinta”, si no fuera
porque ya ha empezado a rodarse. O bien un papel de señorita de provincias.
Cualquier papel. Ella de gitana y yo de sultana.
En seguida Sara aprovecha para elogiar a Marujita
Díaz:
-La gente no conoce bien a Maruja. Yo
le he conocido íntimamente estos días. Es una tragicómica fabulosa. ¡Con lo
difícil que es hacer reír, llorando! Recuerdo “La cumparsita”, “Pelusa” o “La
casta Susana”. Maruja estaba fenomenal como actriz y como mujer guapa que es.
Pero ella es modesta y los productores no se han dado cuenta del talento que
verdaderamente posee.
Maruja empieza a ruborizarse, y se defiende del
siguiente modo:
-Hace
tiempo que no hago cine… No sé por qué. Pero en teatro sí que soy la primera.
-¿En qué os parecéis?
-En la belleza (Sara).
-Y
en que somos las dos tremendamente humanas (Marujita).
-¿Qué dices tú de Sara, Marujita?
-La
conocí hace muchísimos años. Bueno, en el 1.956, pero no nos habíamos tratado
bien hasta ahora. Es una mujer llena de humanidad, con un temperamento
increíble y demasiado sincera; con una ternura arrolladora también, como me ha
demostrado estos días que hemos convivido juntas. Como artista, no digamos. He
visto sus películas no una, sino tres veces. Es nuestra primerísima estrella.
-¿Dónde te colocarías tú, Marujita?
-Detrás
de ella. En mi estilo tragicómico, que por desgracia no se explota en España.
Maruja Díaz va a retornar al cine en breve; Sara Montiel se presentará en un teatro madrileño al frente de su propio espectáculo. Nuestras dos grandes estrellas han exhibido para nuestros lectores su elegancia y su espléndida fotogenia.
LARGAS
CONVERSACIONES
-¿Qué habéis hecho estos días?
-En Málaga, divertirnos y aquí, en
Madrid, tener largas conversaciones. Hemos hablado de miles de cosas. Sin la
madre de Maruja, sin ella y sin mis hermanas –vuelve a decirnos Sara- me hubiera vuelto
loca estos días y se me hubiera hundido el mundo. Cuando la desgracia nos
persigue, es cuando verdaderamente nos damos cuenta de los amigos que tenemos
alrededor y los que son falsos. Maruja me ha demostrado ahora sentir hacia mí
un gran cariño. Yo le correspondo igualmente. Y eso es lo que iba a decirte:
que estos días hemos hecho de todo. Yo decía a Maruja: “¡Anda, mujer, cámbiate
de peinado y ponte ese vestido que te va mejor!” Me gustaría tener de ella esa
fuerza interior, ese optimismo, esos ojos que no están quietos nunca.
-Luego
–interviene Maruja- es que tenemos unas hermanas
sensacionales las dos. Tú, María Antonia (se dirige a Sara), tienes la
suerte de tener a Elpidia y a Ángeles y yo a mi hermana mayor. Con ellas puede
irse una tranquilamente a cualquier parte.
El clima entre Sara Montiel y Marujita Díaz, como
verán, no podía ser mejor. Elogios mutuos, coincidencias, cambio de impresiones
con acuerdo entre las dos. Así da gusto, ¡caramba! El periodista, en esta
ocasión, testigo excepcional de este encuentro íntimo y amable, transcribió
fielmente cuanto dijeron y se limitó a contemplarlas y a contar más tarde,
frente a las cuartillas, los bombos y elogios que se dedicaron, creemos de todo
corazón.
-Y
además –cuenta una de ellas- hemos guisado algo en la cocina.
-Las almejas a la marinera que nos
preparaste –recuerda Sarita- estaban
deliciosas.
-Y
los huevos con ajos que tú hiciste –retruca
Marujita- , para chuparse los dedos.
-Pues pienso daros una sorpresa mayor:
voy a prepararos cualquier día de éstos unas gachas con tortas de almorta, que
son la especialidad de la Mancha. ¡Ya veréis!
Parte gastronómica de la entrevista a la hora en que
debíamos estar almorzando. Sara y Marujita, decididamente, nos han abierto el
apetito con la charla culinaria.
-Pero
tampoco podemos ensayar todos los días el papel de ama de casa –explica Maruja- porque no tenemos tiempo. Hay mucha
gente que piensa de nosotras que no sabemos planchar, coser o preparar una
comida. Lo que ocurre es que no tenemos tiempo. Figúrate que hemos de estudiar
un papel, asistir a una comida, recibir a los periodistas… Imposible. El cocido
se nos estropearía siempre.
-Y a mí se me quemaría la ropa –sentencia Sara.
En esto, el reportero ni entra ni sale. Ellas mismas
están confesándose frente a nosotros.
-Otra
de las cosas que he advertido ahora –comenta
Marujita Díaz- es que los vestidos de Sara me vienen a mí de maravilla.
-Sin embargo, los tuyos no me vienen a
mí, Maruja. No tenemos el mismo tipo. O, mejor dicho: a ti se te adaptan mejor
los trajes, sean de quien sean.
Sara en el dormitorio del piso de Marujita que ha ocupado durante unos días.
PRÓXIMOS
CONTRATOS
Marujita Díaz posa con una colección de vestidos de
la próxima temporada, creados especialmente para ella por el modista Antonio
Nieto. Son unos modelos alegres, de vivos colores; muy juveniles. Van desde un
vaporoso traje, confeccionado con un gran pañuelo a un llamativo y vistoso
vestido oriental, con reminiscencias de “Las mil y una noches”. Sara Montiel,
en tanto, se nos muestra deportiva, con un conjunto de suéter y pantalón negro,
que luego cambia por una minifalda. Sara, por el reciente luto, ha cerrado su
guardarropa, prescindiendo de su variada y reciente colección de Vargas
Ochagavía, que lució en Rusia.
Las fotografías están hechas en los diferentes
rincones de la casa de Marujita Díaz. Una casa espléndida, de dos plantas,
recientemente restaurada, con un bonito jardín y tres perros correteando por
él. Los de color blanco son “Dardo” y “Rasputín”. “Dardo” ha sido cruzado con
“Cuchi”, la perrita propiedad de Sara Montiel.
Sara Montiel tiene importantes proyectos artísticos.
Primero, hacer otra película ambientada en la época de Goya, y luego, en enero
próximo, presentarse en un teatro madrileño y luego en otro barcelonés, al
frente de un gran espectáculo bajo el título “Sara Montiel en persona”.
Sorpresas nos depara la popular estrella en este “show” musical, cuya
coreografía será obra del argentino Ricardo Ferrante, con quien hemos
completado el reportaje gráfico que ilustra el presente texto.
Ojos, flores, cuadros de vivos colores. Pie fotográfico que pudiera ser un esbozo poético. Sara Montiel recupera estos días la sonrisa. Ha de superar la desgracia familiar y seguir luchando por mantener en primer plano su arte.
Marujita Díaz, tras presentar la temporada última la
comedia musical “Caridad de noche”, estudia una ventajosa proposición
cinematográfica, que le mantenga otra vez en candelero en las pantallas.
Terminó el encuentro entre Sara Montiel y Marujita
Díaz. Un encuentro amable, salpicado de bromas. Maruja se queda en casa,
preparando la decoración de una de sus habitaciones. Sara marcha al cementerio,
a depositar unas flores sobre la tumba de su madre, cosa que hace a diario.
M. R.
(Fotos J.
Torremocha)
EL RECORTE CCLVIII
Maravillosa.
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